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lunes, 29 de abril de 2024

Memorias del Puerto Viejo de Algorta


Memorias del Puerto Viejo de Algorta, y de la antigua casa y tienda de ultramarinos de mis bisabuelos (actual Aŕantzale).

Estoy en sock. Después de ver el vídeo que ha mandado "el vecino del segundo"... Comprobar que el piso de los bisabuelos, arriba del local, lo han convertido últimamente los inquilinos en un sucio almacén.

Es indignante que durante décadas de uso de la vivienda y explotación del local, por cierto con una ridícula renta ("renta antigua"), no hayan tenido a cambio la deferencia, al menos, de hacer un mínimo mantenimiento en él, ya que solo en los últimos años se ha podido actualizar la renta a un precio razonable.

No me imaginaba que estaba en esas condiciones. Por diferentes razones no había tenido la oportunidad de verlo. La razón principal es que ha estado alquilado décadas y no es muy agradable solicitar una visita a la intimidad del hogar de nadie.

Mis recuerdos se remontan a los años 50 y 60 del siglo pasado. Recuerdo el comedor de madera presidido por el típico cuadro de alpaca de la Santa Cena, tan de moda antiguamente, recuerdo también cómo la plaza frente a la casa se cubría de flores el día del Corpus, sobre todo me acuerdo del día de Reyes...

La tienda de ultramarinos que regentaban y se ganaron la vida los bisabuelos Saturnino y Ludivina, y luego mis tías, Felisa y Herminia, hermanas de mi aitite José, que junto con la tía Liduvina, Manuel y Francisca formaban la familia Zarragoitia Encera.

El piso siempre ha sido afecto al negocio, como se dice ahora. Era afecto al negocio porque la familia hacía su vida en ambos locales, de día almorzaba en la cocina de la planta baja, en el local de la tienda, y se hacía la vida allí, solo se subía o se bajaba al piso por la trampilla, que está tras el mostrador, por alguna necesidad (por la noche para trancar puertas desde dentro, por ejemplo). El acceso normal a la vivienda es por la puerta de la calle Ribera.


Mi bisabuelo Saturnino Zarragoitia fue uno de los héroes que junto con otros del Puerto Viejo de Algorta, salvaron las vidas de los tripulantes del "Guipúzcoa" (1), que naufragó frente a nuestra costa, frente a Ereaga.

Ramón de la Sota (2) gratificó personalmente con dos duros de plata a cada uno, y fueron condecorados por el gobierno. Los medios de rescate públicos eran inexistentes en aquella época.

Uno de mis recuerdos más perenne son los últimos días de mi héroe, cuando él, postrado en la cama, llegaba yo y corría a su lado para agarrar aquel tembloroso dedo pulgar con mis pequeñas manos, creyendo que con mi magia infantil detendría su enfermedad y lo salvaría de aquel su "último naufragio"...

Esa casa tiene ya más de dos siglos y dentro de otros dos su gente, mi gente, procurará mantenerla en pie.

(1)

http://w390w.gipuzkoa.net/WAS/CORP/DBKVisorBibliotecaWEB/visor.do?ver&amicus=178878&amicusArt=320911

"la trainera Juan José, que había sido trasladada á la playa, quedaba dispuesta encargándose de su dirección, como patrón, D. Fernando Arenesa. 

Los nombres de sus tripulantes eran los siguientes: 

Francisco Betolaza, Bonifacio Martínez, Saturnino Zarragoitia, Benigno Zárraga, Emilio Pérez, Juan Ruiz, Santiago Deusto (hijo), Daniel Irureta, José Luzárraga, Juan Ardanza, Sebastián Coste. todos de Algorta; Justo Arrinda, patrón del balandro María Luisa; Romualdo Andonegui, del Purificación, y los boteros del Club Marítimo del Abra, Pedro el Ondarrés, Anastasio Martínez y Pedro Motrico."

(2)

https://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_de_la_Sota

E.A.Z.


"Nire aitaren etxea defendituko dut. (Defenderé la casa de mi padre.)

Otsoen kontra, (Contra los lobos,)

sikatearen kontra, (contra la sequía,)

lukurreiaren kontra, (contra la usura,)

justiziaren kontra, (contra la justicia,)

defenditu eginen dut nire aitaren etxea. (defenderé la casa de mi padre.)


Galduko ditut aziendak, (Perderé los ganados,)

soloak, (los huertos,)

pinudiak; (los pinares;)

galduko ditut korrituak, (perderé los dividendos,)

errenteak, (las rentas,)

interesak, (los intereses,)

baina nire aitaren etxea defendituko dut. (pero defenderé la casa de mi padre.)


Harmak kenduko dizkidate, (Me quitarán las armas,)

eta eskuarekin defendituko dut nire aitaren etxea; (y con las manos defenderé la casa de mi padre;)

eskuak ebakiko dizkidate, (me cortarán las manos,)

eta besoarekin defendituko dut nire aitaren etxea; (y con los brazos defenderé la casa de mi padre;)

besorik gabe, (sin brazos,)

sorbaldik gabe, (sin hombros,)

bularrik gabe utziko naute, (sin pechos ellos me dejarán,)

eta arimarekin defendituko dut nire aitaren etxea. (y con el alma defenderé la casa de mi padre.)


Ni hilen naiz, (Moriré,)

nire arima galduko da, (se perderá mi alma,)

nire askazia galduko da, (se perderá mi prole,) 

baina nire aitaren etxeak iraunen du zutik." (pero la casa de mi padre seguirá en pie.)

(Gabriel Aresti, 1933-1975, "Harri eta herri")