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domingo, 11 de febrero de 2024

Las "trampillas secretas" de Portu Zaharra... Las trampillas que preocupan al Ayuntamiento de Getxo

"Las trampillas" que preocupan al Ayuntamiento de Getxo.
Crónicas de Getxo, crónicas de una Algorta hecha desaparecer.







Me ha contado un amigo, con familia de toda la vida del Puerto Viejo, bueno de toda la vida no, sino de varias vidas, porque su casa fue construida en el siglo XVIII, sí lee bien, en mil setecientos y pico, o sea antes de que las tropas de Napoleón llegaran a la península (en Algorta tenemos estas joyas que parecen no ser apreciadas demasiado por los que nos administran).

Bueno, pues me ha contado que la policía municipal, por órden de La Alcaldesa, les ha precintado una trampilla de la casa, que desde siempre ha comunicado el negocio con la vivienda (antes tienda de ultramarinos, y después cuando lo alquilaron hace más de 40 años, un bar).
Esta trampilla, como otras en Portu Zaharra y zonas rurales, son contemporáneas a aquellas remotas fechas de nuestro municipio, y tienen más años que el palacio de los Lezama Leguizamón y las almenas del castillo de Butrón, por poner dos ejemplos y para que se haga usted una idea... ¡Si estas trampillas hablaran!

El argumento de La Alcaldesa es que no figura en los planos de la casa.

¿Y cuál ha sido el motivo para adoptar esta absurda decisión?

La denuncia presentada por un vecino, ante el ruido y jolgorio que hacían, al parecer, los inquilinos actuales de la vivienda y del bar de abajo de la misma, cuando éstos pasan frecuentemente por la trampilla entre la vivienda y el bar, en vez de hacerlo por la puerta de la casa.

Es decir en vez de actuar contra "el ruidoso", o el que está haciendo mal uso de la vivienda alquilada, el Ayuntamiento de Getxo actúa contra un elemento del edificio protegido, porque como sabrán, el Puerto Viejo de Algorta está catalogado como Conjunto Monumental por el gobierno, y por lo tanto protegido ante cualquier acción urbanística, y nuestros representantes locales en vez de preocuparse por conservar nuestras singularidades urbanísticas y etnológicas deciden eliminarlas. Vamos bien, en otros sitios lo hacen mejor.